Historia del Títere

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Lo que sigue ha sido extraído de la charla ofrecida por Carlos Cúriman en el año 2003 durante el Tercer Congreso Internacional de Nivel Inicial "Con mirada de niño" organizado por EDIBA, referente a la historia del títere.




A los títeres se les ha dado varias definiciones, por ejemplo: títere, una sombra proyectada, un espacio sonoro, una mano enguantada, un muñeco que actúa, puede tener estos nombres y muchos más, pero fundamentalmente ES TEATRO.
Los títeres como profesión, milenaria por cierto y muy ligada a la COMUNICACIÓN, a l a EDUCACIÓN y al ESPARCIMIENTO, a pesar de su antigüedad no se ha explorado lo suficiente. He notado que existe una idea un tanto vaga sobre los títeres, algunos lo resumen solamente a la confección de la cabecita, otros se retrotraen a su propia infancia, a su época de la escuela primaria o a la de sus hijos. De todos modos existe un latir que ha quedado grabado, algo emotivo, y eso es fantástico porque quiere decir que el títere existe en cada uno de nosotros y debemos redescubrirlo porque se trata de esa capacidad creativa que tuvimos en algún momento, de esa imaginación que nos permitió crear en la fantasía a ese amigo invisible que nos apoyaba en cada uno de nuestros actos, actos que iban afirmando nuestra personalidad en nuestra primera infancia.

Ese talento, esa vivencia, es la que debemos reivindicar para mantener latente esta profesión milenaria que no ha sabido de fronteras.
Hablar de los títeres es hablar de la historia del arte, de la humanidad, ya que en el teatro convergen todas las disciplinas artísticas.
Los títeres vienen de muy lejos, en la India por ejemplo, hay antecedentes de títeres a partir del siglo XI antes de Cristo.
En el Antiguo Egipto se utilizaban en los ritos de Osiris, en Grecia Sócrates lo utilizaba también cuando hablaba a los ciudadanos atenienses.
En el siglo II de nuestra era los romanos divertían a sus niños con sus títeres, el más popular era de apariencia similar al Polichinela, a ese personaje que surgió allá por el siglo XVI en Italia, o sea catorce siglos después. Este personaje que divertía a los niños romanos se llamó Macus, Gallinaceous, Pulcino y luego tomó el nombre de Polichinela.
En general fueron utilizados en la enseñanza de las Sagradas Escrituras, y existieron en casi todas las civilizaciones. Al comienzo de la Edad Media (Siglo V) el títere casi desaparece junto con el Imperio Romano, ya que el Cristianismo naciente reacciona contra ellos porque estos divinizaban las cosas, entonces la iglesia prohíbe toda representación humana y los titiriteros fueron perseguidos justamente por utilizar sus muñecos en farsas y sátiras religiosas y políticas y por mucho tiempo tuvieron prohibida la palabra.

En 1945 el Concilio de Trento, se pronuncia violentamente contra el fetichismo que aumenta la popularidad de los títeres, su perfeccionamiento contribuye a estimular la magia y la brujería, y por esa razón los titiriteros fueron amenazados de muerte.
Más adelante la iglesia vuelve a utilizarlos y participan en las luchas religiosas entre los protestantes de Lutero y los presbiterianos anglicanos y romanos.
Al comienzo del siglo XVIII los títeres eran de dominio popular y la transición entre el títere litúrgico y el títere popular se fue realizando en forma muy lenta durante mucho tiempo.
En Londres y en París llegaron a una verdadera guerra.
En París lo relegaron a la feria y en Londres lograron que salieran de la ciudad y como consecuencia formaran compañías ambulantes.
Luego los títeres llegaron a África, Asia, América, Oceanía; continentes que supieron albergarlos, aquellos llegaron con su cultura, con sus costumbres, con su dialecto y con un solo lenguaje, el lenguaje universal: el arte.
De la India el personaje más viejo se llama "Viduchaka", es una figura plana y es utilizado para teatro de sombra cuyo origen no solamente es indio sino chino.
De Asia Menor, "Karagueus", es el descendiente del "Viduchaka" y fue traído por los turcos desde la India. Fue muy popular en el siglo XVI.
En Rusia le llaman "Petrushka", apareció en el siglo XVIII. Es un títere de hilo.
En Alemania se llamó "Kasperl", viene de Austria. Su aparición fue en el siglo XVIII.
En Inglaterra se llamó "Punch", el nombre deriva de "Polichinela". Al principio le llamaron "Pulchinelo"y luego "Punch", es un títere de mano.
En Checoslovaquia, hoy dos republicas, Checa y Eslovaquia, se llamó "Spegbl", tiene una tradición de no menos de cuatro siglos. El primer teatro se fundó en 1892, "Spegbl" y su hijo "Hurvinex", tuvieron el "honor" de ser encerrados por su actuación en los armarios de la gestapo. Finalizada la guerra fueron liberados y utilizados en programas educativos. Son títeres de hilo.
En Francia, "Guigñol". Nace en el siglo XVIII. "Guigñol" fue el portador de los obreros de la seda en la ciudad de Lyon en el siglo XIX.

ITALIA ‐ COMEDIA DEL ARTE, AÑO 1500 (SIGLO XVI): Allí se oye hablar de máscaras teatrales, entre los más populares, el "Polichinela". El títere pasa a tomar forma física de este "Polichinela" agregándosele el garrote con el que él mismo se defendería.
Estos personajes profundizaron, desarrollaron y enriquecieron la historia. Vale decir que los "Polichinelas" y los "Viduchakas" llegaron a distintos continentes para luego surgir con nombres propios.



Al llegar los conquistadores a América sus habitantes habían alcanzado en algunas regiones cierto grado de cultura:

Los Aztecas en Méjico.
Los Incas en Perú.
Los Calchaquíes en el norte argentino.
Y en otras regiones del continente.



Bernal Díaz del Castillo, autor de: "Historia verdadera de la conquista de la nueva España", documenta la noticia más antigua de la llegada de títeres a América, fue en 1542 con el conquistador Hernán Cortés en tierras mejicanas, y ellos son Manuel Rodríguez y Pedro López; con el correr del tiempo se extendieron al resto de las comarcas del continente.
A principios del siglo XIX, sin otros detalles que el nombre y la nacionalidad, es festejada la presencia del titiritero Jerónimo Cristóbal, quien manifiesta ser descendiente del descubridor del continente americano.
En nuestro país la más lejana noticia de la historia de los títeres data de los años 1757 ‐ 1759, por iniciativa de Don Pedro Aguiar, zapatero de oficio. En ese entonces se construye una sala para óperas y comedias (Coliseo de Comedias). Es la primera sala teatral en Buenos Aires.
Después de la Revolución de Mayo, los flamantes gobernantes, ordenan la expatriación de los animadores españoles que no se avienen a ciertos requisitos, pasando esas actividades artísticas a manos e ingenio y habilidades de artistas criollos.



DEFINICIONES:

Títere es:
Una palabra que actúa.
Una sombra proyectada.
Un espacio sonoro.
Un muñeco que actúa.
Una mano enguantada.


Es muy probable que naciera del TI‐TI‐TI que caracterizó durante siglos el hablar de los títeres. En ese entonces los titiriteros se acomodaban unas lengüetas metálicas en la boca para producir la típica voz del muñeco.


LOS NOMBRES:

Francia: "Petites maries", "Marion" y "Marionetas".
Italia: "Marie di Legno" luego "Marioneta".

Lo indudable es que el nombre deriva de María (por la Virgen María).



Antaño los titiriteros fueron andariegos, montaban sus retablos en plazas, corrales, galpones, hostales, donde concurría el pueblo en su conjunto. Los titiriteros fueron agresivos, lenguaraces, divertían desde monarcas hasta hombres simples, representaban obras clásicas, hasta simples cuentos, se expresaron en todos los idiomas, sobrevivieron todas las guerras, los utilizaron los religiosos y los políticos. Sus promotores, los titiriteros conocieron la persecución y las cárceles, algunos hasta la muerte.
Hoy deberíamos rendir homenaje a aquellos hombres y a aquellos títeres que supieron prevalecer en el tiempo para que esta cultura milenaria, con las técnicas de hoy, pueda estar al servicio del esparcimiento, la educación y la ciencia.

Y para cerrar este resumen histórico del títere, no podemos dejar de mencionar a quienes de alguna manera, fueron los padres de esta gran familia de titiriteros argentinos, y voy a comenzar con Villafañe, el sembrador de retablos. Mane Bernardo, quien dirigiera en 1944 el taller de teatro del Instituto Nacional de Estudios de Teatro y, entre otras cosas, fundadora de aquella Asociación de Titiriteros de la Argentina (ATA) junto a Moneo Sans, autor de varias obras de títeres y fundador del Museo de Muñecos de la ciudad de La Plata. Los hermanos Héctor y Eduardo di Mauro; Airel Bufano; Alfredo Bagallo, ex docente y autor de varios libros sobre tratados de títeres; Jorge González Badial, un titiritero que se especializó en educación sanitaria en el norte del país con su retablo "La Tarumba", nombre éste en homenaje a Federico García Lorca. No quisiera dejar finalizada esta parte del taller, sin mencionar esta reflexión, que considero de mucha importancia:


Cuando oigamos la palabra “Títeres”, pensemos que detrás del retablo no está solamente el titiritero, está la historia misma de la Humanidad, del Arte.